Nitritos en carnes curadas: mitos, beneficios funcionales y riesgos para la salud

Nitritos en carnes curadas: mitos, beneficios funcionales y riesgos para la salud

Introducción

Los nitritos son compuestos químicos ampliamente utilizados en la elaboración de carnes curadas como jamón, tocino, salchichas y embutidos. Su presencia en alimentos ha generado preocupación pública debido a informaciones sobre posibles efectos negativos en la salud, especialmente su relación con el cáncer. Sin embargo, también cumplen funciones esenciales en la conservación de alimentos y la prevención de peligros microbiológicos. En este artículo analizamos, con base en evidencia científica rigurosa, los principales mitos en torno a los nitritos, sus beneficios funcionales en carnes curadas y los posibles riesgos para la salud asociados a su consumo. Asimismo, comparamos regulaciones internacionales (México, EE.UU. y la UE) y presentamos datos cuantitativos y hallazgos de agencias expertas (EFSA, FDA, OMS, IARC) para brindar una visión equilibrada. El lenguaje es accesible para el lector general interesado en alimentación y salud, sin sacrificar la profundidad científica del tema.

¿Qué son los nitritos y por qué se usan en carnes curadas?

Los nitritos (generalmente en forma de nitrito de sodio, E250) y los nitratos (como nitrato de sodio, E251) son sales que se emplean desde hace décadas como aditivos en productos cárnicos curados. Históricamente, el ser humano descubrió que la sal de curado (sal común mezclada con nitratos/nitritos) permitía conservar la carne por más tiempo antes de la era de la refrigeración . En la actualidad, los nitritos cumplen varias funciones tecnológicas clave:

  • Conservador y antimicrobiano: Inhiben el crecimiento de bacterias peligrosas, en particular Clostridium botulinum, el microorganismo que causa el botulismo, una intoxicación alimentaria mortal . Incluso a dosis relativamente bajas (por ejemplo, ~150 mg/kg de producto), el nitrito previene eficazmente la germinación de esporas de C. botulinum en carnes curadas . Este efecto es crucial para la seguridad alimentaria, pues el botulismo es rarísimo hoy en día en fiambres comerciales gracias al uso de nitritos. Estudios muestran que niveles permitidos de nitrito en carnes curadas inhiben totalmente el crecimiento de C. botulinum y controlan otras bacterias como Listeria monocytogenes .

  • Fijación del color y sabor característicos: Los nitritos reaccionan con las proteínas de la carne (como la mioglobina) dando lugar a compuestos nitrosilados que otorgan el color rosado-rojo típico del jamón, tocino o salami curado . Sin nitrito, estos productos tendrían un color marrón grisáceo poco atractivo. Apenas ~25 ppm (partes por millón) de nitrito son suficientes para desarrollar el color rojo estable de la carne curada . Además, contribuyen al sabor ahumado/salado único de los curados e incluso mejoran su textura .

  • Antioxidante que previene rancidez: El nitrito retrasa la oxidación de grasas y proteínas en la carne . Esto evita olores y sabores desagradables por enranciamiento, prolongando la vida útil del producto. En combinación con la sal, los nitritos permiten que un jamón o salchicha se conserve por semanas o meses de manera segura.

Gracias a estas funciones, el nitrito de sodio se considera un conservador esencial en carnes curadas, fundamental para garantizar tanto la calidad sensorial como la inocuidad del producto . Su uso está altamente regulado por las autoridades sanitarias a nivel mundial para asegurar que las cantidades añadidas se mantengan dentro de márgenes seguros .

Mitos comunes sobre los nitritos en alimentos

En torno a los nitritos existen varios mitos o ideas difundidas que conviene aclarar a la luz de la ciencia:

  • Mito 1: “Los nitritos son químicos artificiales extremadamente peligrosos”. Es cierto que los nitritos pueden ser tóxicos en dosis muy altas o en condiciones inadecuadas, pero en las cantidades autorizadas en alimentos se consideran seguros. De hecho, los nitritos también existen de forma natural en nuestro entorno y dieta: se producen en el suelo, en el agua y están presentes en verduras de hoja verde (espinacas, lechugas, betabel) en forma de nitratos que el cuerpo convierte parcialmente en nitritos . Estudios de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) estiman que la mayor parte de la exposición humana a nitratos proviene de vegetales, no de carnes procesadas . De nuestros aportes dietarios totales de nitratos/nitritos, los embutidos contribuyen apenas cerca del 5% , mientras que aproximadamente un 80% proviene de vegetales . Además, el cuerpo humano produce sus propios nitritos como parte del ciclo del óxido nítrico: una fracción de los nitratos de la dieta se convierte en nitritos por la acción de bacterias en la saliva, y esos nitritos generan óxido nítrico (NO), una molécula indispensable para funciones como la regulación de la presión sanguínea, la memoria y la cicatrización . En resumen, los nitritos no son ajenos a la fisiología humana ni son veneno puro: el riesgo depende de la dosis y las circunstancias de exposición.

  • Mito 2: “El nitrito por sí solo causa cáncer”. Ninguna agencia sanitaria considera al nitrito (E250) como carcinógeno directo en sí mismo . La preocupación radica en que los nitritos pueden dar lugar a compuestos secundarios (las nitrosaminas) que sí tienen potencial carcinogénico bajo ciertas condiciones. Como veremos en detalle más adelante, la formación de nitrosaminas ocurre en situaciones específicas (combustión a altas temperaturas, presencia de aminoácidos, medio muy ácido) . Controlando los procesos de elaboración y cocción, la industria evita en gran medida esa conversión indeseada . De hecho, las regulaciones exigen añadir antioxidantes como la vitamina C (ácido ascórbico) o eritorbato de sodio junto con el nitrito en productos como el tocino, precisamente para inhibir la formación de nitrosaminas . EFSA ha concluido que la contribución de los nitritos añadidos en carnes a la formación de nitrosaminas endógenas es de baja preocupación para la salud pública cuando se usan dentro de los límites aprobados . Es importante diferenciar entre el nitrito en sí (que en niveles permitidos se metaboliza y excreta de forma segura) y los compuestos derivados (nitrosaminas) que pueden formarse si no se siguen buenas prácticas.

  • Mito 3: “Los productos ‘sin nitritos’ o con nitritos naturales (ej. apio) no tienen riesgos”. En respuesta a la inquietud del público, han surgido productos cárnicos etiquetados como “sin nitrito añadido”, los cuales suelen emplear extractos vegetales ricos en nitrato (por ejemplo, jugo de apio o remolacha) en lugar de nitrito sintético. Si bien se perciben como más “naturales”, hay que aclarar que esos nitratos vegetales se convierten igualmente en nitritos durante el proceso de curado . En la práctica, el producto final sí contiene nitrito, solo que originado a partir de fuentes “naturales”. La funcionalidad en cuanto a conservación y color puede ser similar, pero no necesariamente son más seguros: las nitrosaminas pueden formarse por igual si están presentes nitritos, sin importar su fuente. Además, algunos de estos embutidos “naturales” pueden presentar vida útil más corta y color más opaco, ya que al limitar la dosis de nitrato/nitrito para poder llamarse “sin nitrito añadido”, se reduce su eficacia conservante . Es decir, “no agregar nitrito” no equivale a estar libre de nitritos ni garantiza un producto más saludable, y sacrificar completamente el nitrito conlleva riesgos como menor protección contra patógenos. Por ello, agencias como la USDA exigen que si un tocino o jamón se vende como “uncured” (no curado con nitrito), lo indique claramente en la etiqueta y aun así cumpla criterios de seguridad alternativos.

  • Mito 4: “Cualquier cantidad de carne curada con nitritos es peligrosa”. La realidad es que el riesgo depende de la dosis y frecuencia de consumo. Las autoridades han establecido límites de ingesta considerados seguros. El Comité Mixto FAO/OMS de Aditivos Alimentarios (JECFA) fijó una Ingesta Diaria Admisible (IDA) para el nitrito de 0,07 mg por kg de peso corporal . Esto equivale, por ejemplo, a unos ~5 mg al día para una persona de 70 kg. En la práctica, alcanzar esa dosis mediante el consumo de embutidos es difícil si se respetan los niveles permitidos: un fiambre típico contiene del orden de pocos miligramos de nitrito por cada 100 gramos de producto (los nitritos se van reduciendo tras el curado) . Análisis muestran que en carnes curadas listas para consumir, el nitrito residual suele estar en el rango de 0,00002% a 0,004% en peso , es decir, en el orden de decenas de partes por millón (ppm). Un ejemplo: 100 g de jamón curado podrían contener en promedio <5 mg de nitrito residual. Por tanto, una persona tendría que comer cantidades inusualmente altas de embutidos todos los días para exceder la IDA. Por otro lado, estudios epidemiológicos sí han encontrado un incremento de riesgo (aunque moderado) asociado a consumos elevados y frecuentes de carnes procesadas a largo plazo. La interpretación correcta es: comer grandes porciones diariamente durante años podría contribuir a ciertos riesgos (como veremos en la sección de cáncer), pero un consumo ocasional o moderado (p. ej., un sándwich de jamón un par de veces por semana) entra dentro de límites seguros según las autoridades . En palabras de la EFSA, los niveles “existentes seguros” de nitrito añadido a alimentos son suficientemente protectores para los consumidores generales , y la exposición típica a nitritos por aditivos no excede las dosis seguras en la mayoría de la población .

Beneficios funcionales de los nitritos en la carne curada

Queda claro que los nitritos no se añaden a la carne por capricho, sino por los beneficios funcionales vitales que aportan:

  • Prevención de enfermedades mortales: Antes del uso generalizado de nitritos, el consumo de carnes curadas implicaba un riesgo real de botulismo. Clostridium botulinum prolifera en medios anaeróbicos (como el interior de una salchicha o jamón) produciendo toxina botulínica, una de las sustancias más letales conocidas. El nitrito detiene el crecimiento de C. botulinum incluso a concentraciones bajas, protegiendo al consumidor . Este beneficio supera con creces a los posibles riesgos teóricos del nitrito: por ejemplo, en 2018 la EFSA reiteró que mantener nitritos en la carne está justificado por la protección contra patógenos, ya que sin nitrito los riesgos microbiológicos aumentarían significativamente . La propia Organización Mundial de la Salud reconoce que, gracias a los nitritos, incidentes como el botulismo por embutidos son hoy extremadamente raros.

  • Conservación y reducción de desperdicio: Al inhibir bacterias y retardar la oxidación, los nitritos permiten que productos cárnicos tengan una vida útil prolongada sin refrigeración estricta. Esto fue crucial históricamente y sigue siéndolo en la cadena alimentaria moderna, reduciendo el desperdicio de alimentos. Carnes curadas con nitrito pueden almacenarse semanas o meses manteniendo su seguridad, a diferencia de carne fresca que se estropea en pocos días.

  • Apariencia y atractivo del producto: El color rosado brillante de un jamón o la tonalidad rojiza de un salami son resultado directo de la reacción del nitrito con la mioglobina muscular, formando nitrosilmioglobina, que al cocinarse se transforma en el pigmento estable nitrosil-hemo-cromo (responsable del color rosa típico) . Sin nitritos, estos productos serían marrones y menos apetitosos. Los consumidores asocian el color y sabor característicos con calidad; por lo tanto, el nitrito contribuye a la aceptación del producto. Además, el nitrito ayuda a desarrollar sabores curados profundos al interaccionar con componentes de la carne durante el ahumado y la maduración.

  • Contribución nutricional indirecta: Al hacer posible la conservación de carnes, los nitritos han permitido disponer de proteínas cárnicas en poblaciones y épocas sin refrigeración, contribuyendo a la nutrición. Incluso hoy, embutidos magros en moderación pueden aportar proteínas, hierro y otros nutrientes; gracias a los nitritos, estos alimentos se pueden transportar y almacenar de forma segura para consumo humano.

En resumen, los nitritos aportan seguridad alimentaria, estabilidad y calidad sensorial a los productos cárnicos. Las agencias reguladoras han evaluado que estos beneficios son importantes y, siempre que se respeten los límites, el uso de nitritos es una medida de protección más que un peligro . Quitar totalmente los nitritos sin una alternativa equivalente aúnno es viable sin comprometer la inocuidad del alimento, por lo que científicos y autoridades abogan por usarlos de forma controlada en lugar de eliminarlos por completo .

Regulación y límites: México, EE.UU. y la Unión Europea

Dada la dualidad entre eficacia conservante y potenciales riesgos, los nitritos son quizás de los aditivos alimentarios más estrictamente regulados en el mundo. Diferentes regiones han adoptado enfoques similares en esencia, con variaciones en los límites permitidos:

  • Unidades de medida y ADI: Como se mencionó, la OMS/FAO estableció una ingesta diaria admisible (IDA) de 0,07 mg/kg peso corporal para nitritos (y 3,7 mg/kg para nitratos) . Las legislaciones nacionales se basan en esta IDA para fijar los niveles máximos de nitrito que se pueden agregar a los alimentos, de modo que un consumo razonable no supere la IDA. Por ejemplo, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) reconfirmó en 2017 que esa IDA ofrece un amplio margen de seguridad y que los niveles autorizados protegen al consumidor . De hecho, con datos de concentraciones reales en alimentos, EFSA determinó que la exposición a nitritos como aditivo permanece dentro de niveles seguros para todos los grupos de población, con la posible excepción de niños con dietas muy ricas en embutidos, donde podría acercarse al límite . Esto motivó recomendaciones de seguir investigando pero mantuvo los límites existentes.

  • Unión Europea: Tradicionalmente, la UE ha permitido agregar hasta 150 mg de nitrito por kg de carne (150 ppm) en la mayoría de carnes curadas, y un máximo de 100 mg/kg en productos cárnicos enlatados o esterilizados . Estos valores expresados como ión nitrito equivalen aproximadamente a 180–220 mg/kg si se cuenta la sal de nitrito de sodio. Sin embargo, en 2023, tras evaluaciones recientes, la UE decidió reducir los límites máximos por precaución: a partir de octubre de 2025, el máximo añadido será 80 mg/kg para carnes curadas en general (y 55 mg/kg en productos esterilizados) . Además, se impondrán límites estrictos al nitrito residual en el producto final (p. ej. 25–50 mg/kg) . Algunos países europeos ya aplicaban límites menores antes de esta armonización; Dinamarca, por ejemplo, había sostenido un límite nacional de ~60 mg/kg por razones precautorias . La tendencia europea es entonces a minimizar la cantidad de nitrito necesaria “tan baja como sea razonablemente posible” sin comprometer la seguridad microbiológica.

  • Estados Unidos: En EE.UU., el uso de nitritos en carnes está regulado por el USDA (Departamento de Agricultura) bajo buenas prácticas de fabricación. Los límites tradicionales son del mismo orden de magnitud que en Europa, aunque expresados en partes por millón. Por ejemplo, para la mayoría de carnes curadas (salchichas tipo hot dog, jamones cocidos, etc.) el USDA permite hasta 156 ppm de nitrito de sodio añadido (equivalente a ~156 mg/kg) . En cambio, para el tocino (beicon), que es propenso a la formación de nitrosaminas al freírse a altas temperaturas, la norma estadounidense es más estricta: 120 ppm de nitrito máximo y es obligatorio añadir también ácido ascórbico (550 ppm) u otro antioxidante para bloquear la nitrosación . Además, no se permite usar nitratos en el tocino (para que no actúen como fuente adicional de nitrito) . Estas medidas se implementaron desde los años 1970 luego de detectarse trazas de nitrosaminas en tocino frito; tras ajustar la fórmula (menos nitrito y con vitamina C), esos niveles bajaron a rangos no detectables. La FDA, por su parte, reconoce al nitrito de sodio como aditivo aprobado y supervisa que su uso sea seguro (GRAS con condiciones). Todos los productos curados con nitritos deben declararlo en la etiqueta (“nitrito de sodio” o “nitrito de potasio” en la lista de ingredientes).

  • México y Latinoamérica: México, a través de la COFEPRIS y las Normas Oficiales Mexicanas, permite el nitrito en productos cárnicos curados con límites similares a Codex Alimentarius. La NOM-213-SSA1 vigente establece un límite máximo en torno a 156 mg/kg (expresado como nitrito) para embutidos y carnes curadas, muy próximo al estándar estadounidense . Publicaciones locales citan un rango de 125–150 mg/kg permitido en México según el tipo de producto , lo cual se alinea con el Codex y la normativa Mercosur (150 mg/kg) . Países como Chile y Perú igualmente adoptan el límite de 100–150 mg/kg dependiendo del producto . En todos los casos, se exige declaración en la etiqueta cuando se usa nitrito/nitrato y un control riguroso de las dosis. Los organismos de salud latinoamericanos enfatizan que estos límites incorporan márgenes de seguridad amplios y que los productos que cumplen la norma no representan riesgo apreciable si se consumen moderadamente.

En síntesis, alrededor del mundo se aplican límites de nitrito muy similares (≈100–150 mg/kg, con variaciones a la baja recientes). Estas cantidades han sido calibradas para ser lo mínimo necesario para asegurar la conservación, manteniéndose muy por debajo de niveles que pudieran causar efectos tóxicos agudos o crónicos . Adicionalmente, la reglamentación moderna obliga a buenas prácticas como incorporar antioxidantes (p. ej. derivados de vitamina C o E) en las curas y evita combinar nitritos con otros agentes que pudieran potenciar la formación de nitrosaminas. El cumplimiento de estas normativas es objeto de verificación constante por autoridades sanitarias (p. ej. mediante inspecciones y análisis de residuos en alimentos).

Posibles riesgos para la salud asociados a los nitritos

A pesar de los beneficios mencionados, es necesario examinar con objetividad los posibles riesgos para la saludvinculados al consumo de nitritos y sus derivados, según la evidencia científica disponible:

  • Formación de nitrosaminas: El principal mecanismo por el cual los nitritos pueden representar un riesgo es su participación en la formación de nitrosaminas, un grupo de compuestos químicos algunos de los cuales son carcinógenos potentes en animales de laboratorio. Las nitrosaminas se generan cuando un ión nitrito (NO₂⁻) reacciona con aminoácidos o aminas en condiciones favorables, como temperaturas altas (por encima de ~150 °C) o ambientes muy ácidos (como el jugo gástrico) . Por ejemplo, al freír tocino a fuego fuerte, pequeñas cantidades de nitrito residual pueden reaccionar con aminas de las proteínas de la carne formando nitrosaminas volátiles. Ciertos derivados como la N-nitrosodimetilamina (NDMA) han mostrado ser cancerígenos en estudios animales y por ello la IARC (Agencia Internacional de Investigación del Cáncer) clasifica a “compuestos nitrosados” específicos como probablemente carcinogénicos para humanos (Grupo 2A) . Es importante aclarar que esto aplica a las nitrosaminas ya formadas en suficiente cantidad, no al nitrito per se. La industria cárnica desde los años 1980 ha implementado medidas eficaces para minimizar esta formación: limitando la cantidad de nitrito especialmente en productos que se cocinan a altas temperaturas (como el tocino), añadiendo inhibidores (ascorbato/eritorbato) y evitando nitratos adicionales . Gracias a ello, los niveles de nitrosaminas detectados en carnes curadas comerciales actuales son extremadamente bajos, generalmente en el orden de partes por mil millones (nanogramos por gramo) cuando se cocinan adecuadamente. La EFSA en 2017 evaluó que, bajo las concentraciones permitidas de nitrito, el riesgo teórico por nitrosaminas endógenas es bajo para la salud humana . Sin embargo, señaló que la contribución de otras fuentes de nitrito (por ejemplo, nitratos en agua que se convierten en nitrito en el organismo) también puede sumar a la formación de nitrosaminas , y que se necesitan más investigaciones para despejar todas las incertidumbres . En resumen, las nitrosaminas son el foco de la preocupación toxicológica, pero su formación está en gran medida controlada en los alimentos actuales.

  • Riesgo de cáncer por consumo de carnes procesadas: En 2015, la IARC, órgano de la OMS, realizó una revisión masiva de la literatura epidemiológica disponible y concluyó que el consumo elevado de carne procesada(categoría que incluye embutidos y carnes curadas con nitritos) se asocia con un aumento en la incidencia de cáncer colorrectal . La IARC clasificó a las carnes procesadas como “carcinógeno para humanos (Grupo 1)”, la misma categoría de riesgo que el tabaco o el alcohol en cuanto a certeza de la evidencia, aunque no implica que el nivel de peligro sea igual (es decir, la clasificación Groupo 1 indica que existe evidencia suficiente de carcinogenicidad, pero el grado de riesgo depende de la dosis) . Para cuantificar, los expertos de IARC estimaron que por cada 50 gramos de carne procesada consumida diariamente, el riesgo de padecer cáncer colorrectal aumenta aproximadamente un 18% en términos relativos . Vale la pena poner esto en perspectiva: un aumento del 18% sobre un riesgo base relativamente bajo (el cáncer de colon tiene ~5% de riesgo de por vida en países occidentales) significa que, estadísticamente, una persona que consume 50 g diarios de embutidos durante años podría elevar su riesgo absoluto de 5% a ~6% . Es un incremento modesto, pero significativo a escala poblacional. La IARC atribuyó este efecto probablemente a una combinación de factores presentes en las carnes procesadas: alto contenido de sal, presencia de compuestos ahumados, hierro hemo y, en parte, la formación de nitrosaminas a partir de nitritos . Estudios posteriores y agencias europeas han reforzado esta preocupación. En 2022, la agencia ANSES de Francia re-evaluó la evidencia y confirmó la asociación entre la exposición a nitratos/nitritos en carnes procesadas y el riesgo de cáncer colorrectal, recomendando reducir “en la medida de lo posible” el uso de estos aditivos . Es importante resaltar que estos hallazgos no significan que “comer jamón ocasionalmente cause cáncer”, sino que un consumo elevado y constante podría contribuir al riesgo a largo plazo. Por ello, organismos internacionales como el WCRF/AICR aconsejan limitar el consumo de carnes procesadas; algunas guías sugieren un máximo de una o dos porciones a la semana como medida de precaución. La ANSES francesa, por ejemplo, sugiere no superar los 150 g semanales de embutidos . En cambio, un consumo esporádico (una fiesta ocasional, un sándwich ocasional) se considera de riesgo insignificante. La clave es la moderación: la evidencia indica que cuanto menos carnes procesadas en la dieta habitual, menor es el riesgo de ciertos cánceres, por lo que conviene ver a estos alimentos como algo para disfrutarse con moderación y no como parte diaria de la alimentación.

  • Metahemoglobinemia (“síndrome del bebé azul”): Este es un riesgo tóxico agudo asociado más a nitratos en el agua potable o vegetales que a nitritos en carnes, pero vale mencionarlo en el contexto. Los nitritos pueden oxidar la hemoglobina de la sangre a metahemoglobina, una forma que no transporta oxígeno. En lactantes, una alta concentración de nitrito en sangre puede provocar metahemoglobinemia, causando cianosis (coloración azul de la piel) y problemas respiratorios – de ahí el nombre de “síndrome del bebé azul”. Este fenómeno se observó históricamente en bebés que consumían fórmula preparada con agua de pozo con nitratos elevados, que se convertían en nitritos en el tracto digestivo inmaduro. Los embutidos comerciales, bajo las regulaciones actuales, no contienen suficiente nitrito residual como para causar intoxicación aguda; además, no son recomendados en la dieta de bebés pequeños. Aun así, este riesgo agudo subraya la importancia de mantener los nitritos bajo control. La toxicidad aguda del nitrito en humanos se estima unas 10 veces mayor que la del nitrato; dosis orales de nitrito de sodio puras en el rango de 33–250 mg por kg de peso resultan fatales, mientras que para nitrato se calcula 80–800 mg/kg . Estos valores equivalen a varios gramos de nitrito ingeridos de golpe para un adulto, una situación que no ocurriría vía alimentos convencionales (por ejemplo, 3 gramos de nitrito de sodio equivaldrían a consumir unas 6000 porciones de carne curada en una sola comida, algo imposible) . No se han reportado casos de metahemoglobinemia por ingestión de carnes curadas en adultos; los pocos episodios ocurridos en décadas pasadas se debieron a errores industriales graves con sobredosis de nitrito (situación altamente improbable hoy con los controles). En conclusión, el riesgo tóxico agudo de los nitritos en alimentos es extraordinariamente bajo bajo el esquema regulatorio vigente.

En vista de lo anterior, los riesgos potenciales de los nitritos se relacionan sobre todo con efectos crónicos (largoplacistas) como la posible contribución a cáncer si la exposición es alta y constante. No obstante, a niveles de consumo moderados y siguiendo las buenas prácticas de fabricación, las autoridades consideran que los beneficios superan a los riesgos. Como indicó EFSA, los niveles actuales autorizados de nitritos brindan un margen de seguridad amplio . Por supuesto, esto no significa que se deban consumir embutidos libremente: por otras razones de salud (ej. contenido de sodio, grasas saturadas), conviene moderar estos productos. Pero desde el punto de vista del nitrito en sí, la evidencia sugiere que un consumo ocasional o limitado dentro de una dieta equilibrada no conlleva un peligro significativo .

Conclusiones

Los nitritos en carnes curadas representan un tema donde es fácil caer en alarmismos, pero la ciencia avala una visión equilibrada. Por un lado, los nitritos aportan funciones indispensables: evitan el botulismo y otras intoxicaciones graves, prolongan la conservación de los alimentos y mantienen las cualidades organolépticas (color, sabor) que esperamos de jamones, salchichas y otros embutidos. Gracias a ellos, estos productos han sido parte segura de nuestra alimentación por décadas. Las agencias reguladoras a nivel mundial permiten su uso porque, en las dosis autorizadas, no se considera peligroso y está muy por debajo de umbrales tóxicos . Por otro lado, un consumo elevado y frecuente de carnes procesadas sí se ha vinculado a ciertos riesgos crónicos como el cáncer colorrectal , donde los nitritos/nitrosaminas podrían ser uno de varios factores contribuyentes. La recomendación de salud pública, respaldada por organizaciones internacionales, es moderar la ingesta de estos alimentos: incorporarlos de forma ocasional, dentro de una dieta rica en frutas, verduras y fibra, minimiza cualquier riesgo.

A la luz de la evidencia, mitigar los riesgos no implica eliminar por completo los nitritos (lo cual comprometería la seguridad alimentaria), sino usarlos racionalmente: con límites estrictos, con aditivos complementarios que bloqueen nitrosaminas, y explorando alternativas. De hecho, la industria y la ciencia están investigando sustitutos naturales y técnicas (“tecnología de obstáculos”) para reducir aún más la necesidad de nitritos sin perder protección . Pero hasta que existan alternativas igual de efectivas, los nitritos seguirán siendo una herramienta importante en la producción de carne segura.

En resumen, ni demonizar ni idealizar: los nitritos en carnes curadas, manejados con base en la evidencia científica, aportan beneficios claros y los riesgos potenciales pueden mantenerse bajo control. El consumidor puede disfrutar esporádicamente de un buen jamón o chorizo con tranquilidad, sabiendo que detrás hay toda una normativa que vela por su seguridad. La clave está en la moderación y en mantenerse informado con fuentes confiables, alejándose de mitos infundados.

Glosario técnico

  • Nitrito: Ión derivado del ácido nitroso (fórmula NO₂⁻). En alimentación se usa comúnmente como nitrito de sodio (E250) o de potasio (E249) para curar carnes. Impide microbios y fija el color rosado característico de jamones y otros curados.

  • Nitrato: Ión derivado del ácido nítrico (NO₃⁻). Se emplea como conservador (E251 nitrato de sodio, E252 nitrato de potasio) en algunas carnes curadas de maduración prolongada, ya que bacterias del producto lo convierten lentamente en nitrito. También está presente de forma natural en muchas verduras de hoja y en el agua.

  • Carnes curadas: Productos cárnicos tratados con sal (cloruro de sodio) y nitritos/nitratos para su conservación, desarrollando sabor y color característicos. Ejemplos: jamón curado, tocino (beicon), salami, chorizo, mortadela, etc. Suelen estar listos para comer o requerir cocción ligera.

  • Clostridium botulinum: Bacteria anaerobia formadora de esporas, productora de la toxina botulínica. Prolifera en alimentos mal conservados (pH neutro, sin oxígeno) y su toxina causa botulismo, enfermedad neuroparalítica grave. Los nitritos inhiben el crecimiento de C. botulinum en carnes curadas, previniendo el botulismo.

  • Botulismo: Intoxicación alimentaria poco común pero potencialmente fatal, causada por la ingestión de toxina botulínica. Provoca parálisis muscular progresiva. Históricamente asociada a embutidos o conservas caseras sin nitrato/nitrito. La adición de nitritos prácticamente ha eliminado este riesgo en productos comerciales.

  • Nitrosaminas: Familia de compuestos químicos (N-nitroso) formados por la reacción de nitritos con aminas (derivadas de proteínas). Algunas nitrosaminas, como NDMA, son carcinógenos potentes en animales de laboratorio y se sospecha que contribuyen al riesgo de cáncer en humanos si se forman en el organismo o en alimentos cocinados indebidamente. Las regulaciones buscan minimizar su formación (p. ej., limitando nitrito en tocino y añadiendo antioxidantes).

  • IARC: Siglas en inglés de International Agency for Research on Cancer (Agencia Internacional de Investigación del Cáncer), organismo de la OMS que evalúa la evidencia de carcinogenicidad de diversas sustancias y exposiciones. Clasifica los agentes en grupos (1=carcinógeno probado en humanos, 2A=probablemente carcinógeno, 2B=posiblemente carcinógeno, 3=no clasificable, 4=probablemente no carcinógeno).

  • EFSA: Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (European Food Safety Authority), agencia de la Unión Europea encargada de asesorar científicamente sobre riesgos alimentarios. Emite opiniones científicas sobre aditivos, contaminantes, etc., que guían la regulación en la UE.

  • FDA: Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (Food and Drug Administration). Regula, junto con USDA, la seguridad de alimentos en EE.UU. En el contexto de carnes curadas, la FDA reconoce aditivos y establece buenas prácticas, mientras el USDA regula detalles de uso de nitritos en productos cárnicos.

  • ADI/IDA (Ingesta Diaria Admisible): Cantidad estimada de una sustancia (aditivo, contaminante) que una persona puede consumir cada día de por vida sin riesgo apreciable para la salud, según evidencias toxicológicas. Se expresa en mg por kg de peso corporal. Para el nitrito es 0,07 mg/kg pc/día , y para el nitrato 3,7 mg/kg pc/día.

  • Methemoglobinemia: Trastorno en el que la hemoglobina de la sangre se oxida a metahemoglobina, perdiendo capacidad de transportar oxígeno. Puede ocurrir por exposición a altos niveles de nitritos/nitratos, sobre todo en bebés. Provoca síntomas como coloración azulada de la piel, fatiga, dificultad respiratoria. También llamado “síndrome del bebé azul” cuando afecta a lactantes.

  • Grupo 1 (carcinógeno para humanos): Categoría de la IARC para agentes con evidencia suficiente de carcinogenicidad en humanos. Las carnes procesadas entran en este grupo desde 2015 . Importante: significa que se ha demostrado que pueden causar cáncer en humanos, pero no indica el nivel de riesgo (que depende de la dosis y exposición).

  • Grupo 2A (probablemente carcinogénico): Categoría IARC cuando hay evidencia limitada en humanos pero suficiente en animales de laboratorio, o fuerte evidencia mecanística. Algunos compuestos nitrosos (nitrosaminas) están en este grupo. Por ejemplo, las nitrosaminas NDMA y NPYR se consideran 2A por su actividad cancerígena en animales, aunque la exposición típica humana a ellas sea muy baja.

 

Referencias (formato APA)

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  • EFSA (European Food Safety Authority). (2017). Re-evaluation of nitrites and nitrates (E 249–252) as food additives. EFSA Journal 15(6):4787. doi:10.2903/j.efsa.2017.4787. (Panel ANS) .

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  • SAFE (Safe Food Advocacy Europe). (2022). New Anses opinion confirms link between nitrite consumption and cancer (Artículo de noticias, 12 Julio 2022). Disponible en: https://www.safefoodadvocacy.eu .

  • USDA (United States Department of Agriculture). (1995). Processing inspectors’ calculations handbook. FSIS Directive 7620.3, rev.2. (Límites de nitritos: 120 ppm en tocino con 550 ppm ascórbico; 156 ppm en otras carnes) .

  • Detective de Ingredientes. (2025). Nitrito de Sodio (E250): Conservador esencial en embutidos, ¿qué debes saber?[Blog]. Recuperado de: https://detectivedeingredientes.com/blog/nitrito-sodio .

  • Universidad de Wisconsin Extension. (2020). What’s the deal with nitrates and nitrites used in meat products?(Artículo informativo) .

(Todas las fuentes citadas han sido revisadas por pares o emitidas por organismos oficiales de salud alimentaria, garantizando la validez científica de la información presentada.)

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